
El seleccionado, por momentos, fue un equipo de falsas apariencias. En el primer tiempo padeció el dominio español, pero en el segundo ganó terrenó, igualó el marcador y logró desactivar el circuito creativo local, al mando de Iniesta. Tras el 1-1, es cierto que retrocedió, y lo pagó caro en el final, cuando a los 40, España anotó el 2 a 1 con un tanto de penal de Xabi Alonso.
Sin reacción, indolente y con grietas defensivas muy evidentes, la Argentina observó pasivamente cómo transcurrió el primer tiempo. Incluso en desventaja, le costó avanzar y abandonar una postura de contraataque algo temerosa. El equipo insinuó con un disparo de larga distancia de Gonzalo Higuaín, pero la acción más riesgos estuvo en los pies de Angel Di María, que desperdició un mano a mano con el arquero Casillas tras una certera habilitación de Fernando Gago.
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