Los albicelestes

BICAMPEONES OLÍMPICOS

Argentina le ganó a Nigeria 1 a 0 en la final de los Juegos Olímpicos de Beijing 2008 gracias a un tanto anotado por Ángel Di María a los 12 minutos del segundo tiempo y de esta forma alcanzó la ansiada gloria olímpica en el fútbol, tal como ocurriera hace cuatro años, cuando en Atenas el equipo también se quedó con el oro, bajo la dirección técnica de Marcelo Bielsa.

Tras unos minutos iniciales en los que ambos conjuntos se dedicaron a estudiarse, el conjunto dirigido por Sergio Batista fue quien tomó la iniciativa con intentos de llegar al arco nigeriano.

Las armas para tal fin fueron Lionel Messi y Sergio Agüero, principalmente. Ambos, claro, respaldados por los pases de Juan Román Riquelme.

Así fue como el Kun metió algo de peligro al ingresar solo al área de Nigeria en una jugada que terminó con una caída suya exagerada por demás.

Luego fue Ángel Di María, quien con su gran pique superaba defensores y preocupaba al rival.

Sin embargo, Nigeria no se replegó sino que apostó a la contra. Así, en la jugada siguiente a un tiro libre de Riquelme tuvo una chance que terminó nada más que en un intento de gol debido a que Okoronkwo mandó desviado su remate ante la mirada de Sergio Romero.

Desde entonces, los africanos se armaron mejor en su campo y construyeron una sólida defensa que, bien parada, cortaba todo intento de ataque argentino.

Y con el correr de los minutos, apostaron también por algún que otro intento de ponerse en ventaja, como ese de Obinna, a los 24 minutos, quien desde afuera del área sacó un disparó que no terminó en el arco argentino pero sirvió para asustar.

Segundo tiempo
En el arranque de la segunda etapa, Argentina salió más decidida a buscar el arco de Wanzekin. Así, primero se lo perdió Agüero y después, Messi. Desde ese momento comenzó a hacerse más sólida la ilusión de ponerse arriba en el marcador.

Pero con esos tibios intentos se fue arimando lentamente hacia el arco contrario, hasta que apareció Lionel Messi y le hizo un pase espectacular a Di María, quien definión sobre la salida del arquero africano de una manera brillante para poner el 1 a 0.

Después el sufrimiento, el apuro por el segundo y los nervios por aguantar el resultado. Y el árbitro, Viktor Kassai, quien adicionó 5 minutos pero hizo jugar 7 que fueron eternos. Hasta que pitó y los nuestros volvieron a tocar el cielo con las manos. Eso si, con la medalla de oro en el bolsillo.

¡GRACIAS ARGENTINA POR OTRA MEDALLA!