Mereció mejor suerte la selección argentina en su visita a Brasil por la sexta fecha de las eliminatorias sudamericanas. En Belo Horizonte, el conjunto dirigido por Alfio Basile no jugó bien pero fue mejor que Brasil y empató 0 a 0.Con el punto, la Argentina suma 11 y desaprovechó la chance de colocarse en la primera posición en la competencia clasificatoria para el Mundial de Sudáfrica 2010, pero logró descontarle un punto al líder Paraguay, que cayó en la altura boliviana y quedó con 13.
Pareció que se estudiaron mucho, más de lo debido. Mostraron un respeto por el rival hasta excesivo, desde el comienzo. Por eso, las situaciones claras de gol durante la primera etapa fueron contadas, y llegaron por errores defensivos y desaciertos propios más que por virtudes rivales.
En un encuentro que era trabado y de pocas emociones, el conjunto de Basile pareció en el arranque más dispuesto a ir a buscar el arco de Julio Cesar y tuvo la primera chance con un cabezazo de Julio Cruz, a las manos del arquero.
Un movedizo Jonás Gutiérrez, de lo mejor del seleccionado en el PT con sus corridas por izquierda, buscó con centros conectarse con Cruz. Era lo más interesante del ataque de la Argentina. Es que Riquelme, el encargado de generar fútbol (más ante la ausencia de Verón), no aparecía en el partido, al igual que Lionel Messi, que casi no lograba hacer contacto con el balón.
Brasil contestó a los 22. Tras un rebote dentro del área, Abbondanzieri le sacó una pelota increíble a Baptista y después le tapó otro rebote Robinho. Dunga, que se había inclinado por Anderson antes que Diego para la mitad de la cancha, tuvo que incluir al volante ofensivo de Werder Bremen cuando el primero salió por un esguince de rodilla.
En la selección se notaron ciertos problemas para acoplarse a la idea de Basile de defender con cuatro en el fondo, pero adelantar a Zanetti para formar una línea de tres cuando el equipo atacaba. Así, los problemas que Brasil creó durante la primera parte fueron básicamente a las espaldas del capitán del equipo.
En la más clara, Robinho picó habilitado por ese sector, dejando atrás a toda la defensa argentina. El Pato salió muy lejos y el defensor logró eludirlo, pero luego fue atorado por Burdisso y Coloccini. Luego, Basile pidió formar una defensa de cuatro hombres.
Sobre el final de los primeros 45, con un preciso pelotazo Coloccini dejó a Messi habilitado para correr y quedar mano a mano con Julio Cesar, pero el delantero de Barcelona definió mal y el balón salió lejos del palo izquierdo del arquero. Era muy poco para un clásico de primer nivel internacional, y el público lo hizo saber luego del silbato del colombiano Oscar Ruíz, que anunció el final del PT: abucheos despidieron a los dos equipos.
En el comienzo del epílogo Riquelme tomó las riendas y la ofensiva de la Argentina ganó en profundidad, bien secundada por una sólida tarea en el medio de Gago y Mascherano. Cruz lo tuvo a los 10: recibió adentro del área y su zurdazo se fue por encima del travesaño. Pero con el correr de los minutos también creció Brasil y el partido se hizo más emotivo.
En el mejor momento albiceleste, se vio a un Messi mucho más activo y desequilibrante. La Pulga mostró algo de su repertorio con una gran jugada en velocidad por el sector izquierdo que no pudo definir con comodidad y en otra combinación con Riquelme, que el enganche de Boca definió con poca potencia, a las manos de Julio César.
Después, cuando las acciones ofensivas ya dependían casi exclusivamente de lo que él pudiera generar, y apenas antes de ser reemplazado por Palacio, lo tuvo dos veces frente al arquero brasileño, que respondió bien.
Después, pareció que la exigencia física complicó a los dos y el empate no fue mal visto por ninguno. Basile incluyó a Battaglia por Riquelme para cuidar el cero. Dunga, condicionado por las críticas en su país, logró no perder contra el eterno rival en un momento delicado.
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